“El Baile del Cortejo”, mejor conocido como La Cumbia, es el baile más elegante y sensual de todo el Carnaval de Barranquilla. Pero éste, como los demás elementos que les presento en este blog, tiene un legado histórico y comunicativo que lo vuelve aún más bello. Se cuenta que este baile comienza en el siglo XVIII cuando los negros e indígenas, sirvientes y esclavos de los españoles, comienzan a interactuar, y así se crea una mezcla de culturas en la costa caribe Colombiana, de dónde florece la danza de La Cumbia.
Los tambores (llamador, alegre, y tambora) fueron el aporte de los africanos, las gaitas llegaron con el son indígena de las nuevas tierras al igual que los movimientos sensuales de la mujer, y el sombrero y vestido de falda larga, se le atribuye a los españoles. Con esto, podemos afirmar, que La Cumbia no es un baile de una sola raza, sino la mezcla de todas, es un baile caribeño. La danza nos cuenta una historia al mismo tiempo nos transmite sentimientos. Creo que todos los bailes en general son un acto comunicativo en el que no sólo se nos muestran imágenes, sino en los cuales vivimos emociones e historias. En La Cumbia vemos la sensualidad de una mujer que provoca al hombre, pero nunca dejándolo llegar muy lejos. Con sus movimientos de falda, cabeza y cuello, provoca a su pareja, mientras que éste con la cabeza agachada y sombrero en mano la persigue en una armonía coreográfica que cautiva nuestros más profundos anhelos. En el baile muchas veces se utiliza una vela que es pasada del hombre a la mujer y viceversa durante el transcurso del ritual, esto se debe a que en la época de la colonia no había luz eléctrica y las diversiones se realizaban de noche. Es interesante ver cómo dicha tradición sigue y se ha convertido en un símbolo importante en la danza. El arrastre de los pies, característico de éste baile, se debe a la cadena que los esclavos coloniales llevaban, recordándonos cómo se originó el ritual, en qué condiciones, y por qué hoy, ese movimiento de pies que es lo que hace única y tan difícil de bailar a La Cumbia, es reflejo del sufrimiento y dolor que vivieron aquellos seres encarcelados de la época. Por eso este baile, vigente hoy en día, y para mí, el más hermoso de todo el Carnaval, es una gran muestra comunicativa e histórica. Cada vez que lo veo, me emociono, y cada vez que lo bailo, siento.
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